¿Es el vampiro que todos conocemos en realidad un vampiro energético?
El vampiro que todos conocemos es un arquetipo, responde a la figura del noble, educado, adinerado (o eso es lo que aparenta) y refinado vampiro que va ataviado a la manera de un príncipe y posee diferentes poderes como el de metamorfosearse en animales o hipnotizar a sus víctimas. Es el vampiro carismático y atractivo que seduce antes de alimentarse, que forma un vínculo con su víctima antes dejarla seca. A este vampiro se le conoce como el “vampiro literario” o “vampiro romántico”. Antes del vampiro literario, el vampiro folclórico de Europa del Este podía describirse como un muerto viviente, un “zombie” que atacaba a sus vecinos y especialmente a su propia familia.
El vampiro literario se originó la misma noche de tormenta que el famoso Frankenstein, el verano de 1816 en la célebre Villa Diodati. Lord Byron, Percy Shelley, Mary Shelley y John W. Polidori, leían historias de terror mientras se refugiaban del clima, ambientados por la lúgubre escenografía de la villa, el vino y el láudano. Esa misma noche se retaron a escribir historias tan aterradoras como las de aquellos relatos, así fue como Polidori dio en escribir “El vampiro”.
“El vampiro” de Polidori está inspirado en Lord Byron y este es un hecho reconocido. En su obra retrata al vampiro como un personaje de la nobleza que frecuenta los salones (drawing rooms) y se rodea de la alta sociedad. Esta novedad en su caracterización del vampiro sirvió como inspiración a numerosas obras posteriores, muchos autores de la época escribieron también historias sobre vampiros, siendo el “Drácula” de Bram Stocker la más popular. Más adelante, las adaptaciones y versiones del vampiro literario al cine serían innumerables.
Polidori no era un escritor, pero aspiraba a hacerse uno en la compañía de Byron, por eso había aceptado ser su médico, creyendo ingenuamente que sería validado por él. Mas Byron, siendo al momento uno de los más grandes poetas de Inglaterra, nunca le consideró como un igual, tampoco como un amigo, más como un subordinado a quién ridiculizaba y atormentaba constantemente. Así Polidori, resentido por el rechazo escribe “el vampiro” como una forma de venganza. El vampiro se convierte en una sátira sobre la persona pública de Byron, cuya mala fama resultó en su destierro de Inglaterra.
La vida de Lord Byron antes de la creación de este relato había sido la de una celebridad que, por su innegable talento, es aclamada y deificada alcanzando el pináculo de la fama rápidamente, para luego caer en picada por su escandalosa vida social. Lord Byron de familia noble, representaba las maneras extravagantes de la aristocracia decadente, era encantador y bien parecido, tenía una lengua meritoria, es decir, una gran capacidad de hablar, virtud que por supuesto, era solo el reflejo de su genio como poeta y escritor.
En la novela “El Vampiro”, Polidori despliega toda su amargura contra Byron, y cuando describe al vampiro, en realidad habla de Byron como alguien que; “poseía rarezas y peculiaridades que eran apreciadas por la gente más allá de su posición social o talento” poseía un carisma capaz de atraer a los otros ya fueran hombres o mujeres, un magnetismo que eclipsaba a todo aquel con quien se cruzaba. Él vampiro o Byron, según Polidori, era en realidad un monstruo que manipulaba a las personas a su alrededor para involucrarlas en toda clase de vicios y perversión, estas personas luego caían en una espiral de destrucción que los llevaba finalmente a la muerte o a la locura.
El mismo Byron decía ser perseguido por una terrible maldición; el haber arruinado las vidas de casi todos sus amantes, amigos y conocidos, unos porque habían caído en desgracia, otros porque habían terminado prematuramente muertos.
La suerte de Polidori no podía ser diferente, concibe la novela como una denuncia contra Byron, y a la vez como un grito de desesperación, pues en ella anuncia su propia desgracia. Al estar asociada con Byron, la novela causa un gran revuelo y un éxito inmediato que se vuelve en su contra. Polidori es acusado de plagiarismo (aunque Byron mismo negase públicamente su autoría) y no es mucho lo que puede hacer al respecto, de modo que las primeras ediciones llevaron el nombre de Byron indeleblemente. Esto sella la tragedia de Polidori, quien se suicida a la edad de 25 años sin conocer el éxito de su novela, en lo que pareció una forma de escape a sus deudas de juego y alcoholismo.
Con el vampiro de Polidori nace el moderno arquetipo del vampiro, pero este monstruo ha sido inspirado en la perversidad de una persona real. El hecho de que el villano fuese un vampiro termina siendo casi accidental. Polidori retrata un personaje que se muestra encantador e interesante pero cuyas reales intenciones son sacar provecho de los demás, este vampiro establece relaciones vampíricas antes de convertirse en un chupasangre.
Se ha definido al vampiro como aquel que se alimenta de la energía vital del otro para sobrevivir. La sangre representa la energía vital o la vida, la vida es absorbida o drenada, metafóricamente. Así pues, al hablar del vampiro pensamos en un monstruo chupasangre, pero “vampiro” también refiere a la persona que drena la energía de los otros a partir de sus actitudes y comportamientos.
Lavey se atribuye haber acuñado el término “vampiro psíquico” para definir a una persona que es emocional o espiritualmente débil y que drena la energía vital de otros para poder sobre-vivir. El vampiro no vive la vida por sí mismo, por ello busca parasitar u ocupar la vida de alguien más. El vampiro es un no-muerto: una forma de decir que no está ni vivo ni muerto. Se alimenta de otros porque está vacío, no tiene nada (bueno) para dar, sino que toma, o drena la energía vital que representa la sangre.
El termino vampiro psíquico (emocional o energético) no es un término clínico o un diagnóstico, es un concepto usado por psicólogos, y autores para describir los comportamientos y actitudes que estas personas muestran hacia otras. Los vampiros reales no son ciertamente monstruos o muertos vivientes, generalmente son personas que padecen desordenes de la personalidad, poseen traumas sin resolver, o fueron víctimas de abuso o negligencia y por ello tienden a desarrollar actitudes de vampiro energético.
Los vampiros energéticos pueden ser fácilmente identificables según Judith Orloff “las relaciones son siempre un intercambio de energía” Reconoces que estas en una relación vampírica porque tu solo das y el otro recibe, no hay reciprocidad. Esto aplica para todas las clases de vampiros energéticos de las que se tiene noticia, el más conocido es el vampiro de personalidad narcisista, pero todos poseen características en común como las enumeradas a continuación:
*El vampiro energético es egocéntrico; redirige toda la atención hacia sí mismo.
*Es carismático y encantador; se muestra más comprensivo, más amable o alegre que los demás. Te alaba y te hace cumplidos.
*Es brillante e ingenioso; parece poseer virtudes y talentos que otros no tienen.
*Es un seductor; atrae a las personas hasta el punto de “hipnotizarlas” con su forma de hablar o con su apariencia.
Un vampiro energético puede mostrarse como una víctima para manipular, o como alguien de talento superior para impresionar. Los vampiros energéticos pueden creer que las reglas no aplican para ellos porque son especiales. Sacan provecho de otros en favor de sus propios intereses. Pueden sentirse con todo el derecho de hacer lo que quieren, su falta de empatía lastima a sus cercanos, a veces al punto de destruir sus vidas.
Lo que parece ser común al vampiro real y al vampiro literario es su carisma, su capacidad de infundir amor y cariño, su capacidad de seducir. De algún modo esto le hace difícil de matar, a diferencia de otros monstruos. Se podría decir que su carisma es su arma más poderosa (aparte de los colmillos). Pero no es solo su capacidad de atraer, el aprovecha la debilidad de sus víctimas al saber reconocer en ellas una propensión, una debilidad. El vampiro sabe cómo conquistar (no solo el sentido del amor romántico) y así mismo, crear un lazo que es difícil de romper. El vampiro se vuelve tan querido e imprescindible para la victima que es penoso tomar la decisión de abandonarlo o metafóricamente “clavarle una estaca en el corazón”.
Mas ¿Era Lord Byron en realidad un vampiro energético? Leyendo su biografía se pueden hallar pistas que coinciden con la descripción de un vampiro energético. Se habla de que padeció abuso cuando niño, y este hecho parece haber influido en su tumultuosa vida sexual. El esbozo de su personalidad abunda en detalles que revelan su carisma vampírico, algunos de sus conocidos aciertan en decir que era una persona peligrosa, pero no todos coinciden en aceptar que Lord Byron era completamente malvado. Ningún ser humano puede ser completamente malvado o encajar en los diferentes prototipos de vampiros energéticos, pero se puede decir con toda seguridad que se conoce al menos una persona que cumple con el perfil de un vampiro energético.
El vampiro literario solo existe en las novelas y películas como una metáfora del vampiro real que vive entre nosotros. Es el ser humano quien se descubre como el vampiro que drena la vida (o la sangre) de otros para llenar su vacío. Seguramente ya te habrás cruzado con uno de estos vampiros, puede que ahora mismo estes siendo drenado por uno, o quizá tú mismo eres un vampiro real. ¿Reconociste al vampiro en otros o en ti mismo?
Bibliografía
- Polidori, J. (1819). The vampire, a tale. Global Grey ebooks.
- McCarthy, F. (2002). Byron: Life and Legend. Farrar, Straus and Giroux.
- McDonald, D.C. (1991). Poor Polidori. University of Toronto Press.
- Lavey. A. (1969). The Satanic Bible. William Morrow Paperbacks.
- Bernstein, A. J. (2001). Emotional vampires. Mc Graw-Hill.
Comments